El Toro de Barro

El Toro de Barro

jueves, 26 de noviembre de 2009

María Antonia Ricas, y los dones del silencio


María Antonia Ricas

Peces

Se asemejan
a la ligereza
del aroma de la vara de incienso,
patinan bajo el agua
y no pesan
y juegan.

Rodearon mi cuerpo
cuando caí al fondo del dolor;
me miraron desnuda, golpeada
por días de lo amargo,
rodearon mi cuerpo con su brillo
y me prestaron
sus escamas.

Les agradezco ahora
que se comieran el libro del miedo,
que me hicieran flotar
mientras mordisqueaban mi cintura
y me despertaran de la atracción
del lodo,
me volvieran el rostro boca arriba
y viese las estrellas como peces
mirándome.

Y no me prometieron
sino el aire,
unas veces acerbo,
otras dorado.

Se acercan a la orilla
livianos, portadores
de un cristal muy grácil y luminoso.

Baño mi mano próxima
a ellos,
a modo de saludo,
y vienen a mis dedos...
Me recuerdan
que aún les debo el don de su silencio.

He dejado un cuadro colgado en la pared oscura, a modo de farol en medio de la noche. En él resplandece el cuerpo de una mujer inclinada sobre un estanque. La mujer deja caer su mano en ese mismo estanque porque quiere saludar a los peces que arrancaron las páginas del libro de sus miedos; a los peces que la despertaron a mordiscos de la "atracción del lodo" y la elevaron luego del "fondo del dolor", ayudándola a flotar, "cabeza arriba", con la sola promesa de un poco de aire...
Sin incidir obsesivamente en las connotaciones individuales de su propia experiencia vital, y sin caer en la tentación -tan común- de contarse a sí misma de un modo aparatoso,María Antonia Ricas supo, con este poema, dar fe de su particular inmersión en el abismo y, al mismo tiempo, convertir ese hundimiento personal en una suerte de evocación universal de la caída a los últimos anillos del infierno, que es tan consustancial a la vida de todo ser humano como pueda serlo el fuego al aire que alguien sopla o agita con la mano. Al cortar amarras, al minimizar su peso, consiguió que el poema fuera más de sí mismo. Y más de todos.
Pero ésta no es, en modo alguno, la única virtud del poema que, como un farolillo rojo, aquí dejo encendido sobre la puerta cerrada de esta creadora. En manos de otros poetas, las muertes y resurecciones cotidianas que envuelven nuestra vida hubieran dado lugar a expresiones poéticas mucho más cargadas de emocionalidad. Maria Antonia optó por el camino opuesto: despejó esos fenómenos cotidianos de todo dramatismo, utilizando lel contraste, la antítesis y la paradoja como principales herramientas de su lenguaje poético: peces "livianos" que se acercan a la orilla con la ligereza del aroma del incienso nos arrastran a la resurección con sus coninuas "mordeduras". El propio poema es, en sí mismo, una enorme paradoja; al igual que el gran fotógrafo Darren Holmes en su "Bliss", que aquí reproducimos, María Antonia Ricas logra convertir la resurección y la muerte en personajes de un cuadro apacible lleno de silencio, de placer y de melancolía. ¿ Es por eso menos muerte la muerte en este cuadro? ¿Es por eso la resurección menos resurección?
No tiene sentido ocultar que siento una particular fascinación por aquellos escritores que, como María Antonia Ricas, trabajan con la conciencia de que el lenguaje, más allá de su capacidad para transmitir la emoción humana, es también, y por sí mismo, una fuente independiente de emociones. No es que renuncien en su obra a dejarse arrastrar por las emociones derivadas del propio hecho de vivir, no; es que se plantean -al menos- la posibilidad de ensancharlas, reconducirlas, matizarlas e -incluso- crearlas de nuevo donde no existen con las solas herramientas del lenguaje. El poema como "creación de una realidad" frente al poema como un mero "testimonio de la realidad" que se toma como punto de partida. Todos los poetas si sitúan, como equilibristas sin pértiga, entre estos dos focos de luz sobre los que se engancha el sedal vibrante de la creación, pero cada cual lo hace en una dirección distinta. Como lectores, sólo nos queda la posibilidad de elegir el farol que nos alumbre. Como editor que a veces ama lo que hace, yo abandono aquí este farol encendido, con la intención de invitar a quien lo observe a que atraviese la puerta que conduce a la poesía de María Antonia Ricas, de quien me he permitido construir una pequeña selección para el placer silencioso de los merodeadores, obtenida de esos Fantásmas y cálamos que edité en el año 2005 en los talleres de El Toro de Barro. Eran tiempos mejores.


Carlos Morales



20 comentarios:

Carmen Conde Sedemiuqse dijo...

Genial.

"Les agradezco ahora
que se comieran el libro del miedo,"

Besos y amor
je

fgiucich dijo...

Gracias por nutrirnos de buena poesía. Abrazos

Kosmonauta del azulejo dijo...

Siempre es un placer leer poetas que se atreven a ser piadosos consigo mismos ;) Además, me gusta esa sencillez sin dobleces, valiente y a la vez frágil.
Como bien señalas tú, esa clara distinción entre "testimonio de la realidad" y "creación de la realidad", entre crear y re-crear (menudo abismo) es lo que hace del poema una burbuja luminosa capaz de elevarse por si misma, o una sombra. Puestos a elegir, yo prefiero la burbuja (será que soy globera):D
Gracias por tu comentario. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Te has quedado en la superficie de esta poeta; el libro merece la pena en su totalidad; tiene dos partes muy diferenciadas y deberías haber hablado de ello. Dificil encontrar ejemplares... (¿?)Cuando se leeen los comentarios que haces a tus libros, todos ellos parecieranse iguales... Esa especiea de cargas de profundidad... Esta escritora tiene un registro muy amplio y su poesía es contundente.

El Toro de Barro editorial dijo...

Estimado anónimo, o anónima:
Llevas toda la razón al afirmar que, en el texto con que acompaño su composición, me he quedado no más que en la superficie de la poesía de María Antonia Ricas. Eso es algo que me suele ocurrir –lo confieso humildemente- con aquellos poetas de los que no acierto a vislumbrar el fondo, y de cuya lectura siempre me queda la sensación de no haberla concluido, o de que algo se me ha escapado sin que me diera cuenta. Ante ellos, no me queda otra que rendirme, y dejarlos habitar mi mesita de noche.
Decirte, en todo caso, que mis palabras no querían ser una crítica literaria sobre la obra de Maria Antonia Ricas; su pretensión era la de animar a los merodeadores de este espacio a adentrarse en sus poemas, dando cuenta de dos claves –o registros– que en modo alguno son las únicas vías de acceso al placer que siempre me depara su lectura, pero que sí son –al menos a mí me lo parece– los gestos más constantes de su ya vasta obra literaria. Sería presuntuoso por mi parte decir que con esas reflexiones cierro el círculo sobre su poesía, cuyo poder no radica sólo en sus múltiples registros o en la naturaleza contundente de sus versos. Pero era necesario hacerlo así para señalar por qué razones aprecio lo que aprecio –MAB lo ha visto con mucha precisión– y, por qué no decirlo, las razones por las que, en su día, tomé la decisión de editar, en el año 2005, sus Fantasmas y cálamos, un libro por fortuna ya agotado y, a día de hoy, ciertamente difícil de encontrar.
Un saludo.
Carlos

Anónimo dijo...

Yo adquirí este libro en Jerusalen, porque me extrañó encontrar un libro de una paisana en un lugar tan lejano. El libro es una maravilla, pero tiene poco de contundente y mucho de serenidad. Este poema es una prueba de ello. Tanto el poema, como el comentario de Carlos, me parecen una buena manera de invitar a conocer la obra de este poetisa. Tal vez, una pormenorizada critica del libro hubiera espantado más que atraido.
Desde Haifa, un fuerte abrazo
Esther
Esther

Anónimo dijo...

¿Espantado,Esther? Carlos, aquí se toma como tal lo que has explicado; y te honra la aclaración; también te delata tu pasión por los autores, que echas el resto... y es por eso que a veces no captas la delgada e invisible línea de muchas escrituras... Todo te lo perdonamos, que esfuerzo le pones todo, desde siempre. Pues eso, a indagar y a leer a esta poeta que tiene 18 libros publicados.

Akasha Déclenché! dijo...

Buena poética la de Ricas, letras que transportan, que transforman, que traen aroma del mar.


Blessed Be!

El detective amaestrado dijo...

Quedo a la espera de tus comentarios.Desde Canarias también sabemos que detrás de un buen toro de barro siempre hay un buen lector...
Gracias por tu apoyo,
Samuel

Pat dijo...

Gracias

por tantas cosas.

Besos
Cuidate mucho.

Anónimo dijo...

Decir que es una poeta con muchos registros es como no decir nada. Carlos nos ha dicho algunos, ¿y el anónimo? ninguno. Estoy de acuerdo con Esther, no es que espanten los comentarios críticos, pero no siempren logran animarnos a leer a los poetas, porque estan escritos con lenguajes muy oscuros. Ademas, esta el blog de La presna y el Toro donde vienen comentarios críticos de la gente.
Yo el libro Fantasmas y calamos lo compre en Barcelona, hace muy poco tiempo y me parece muy bueno.

Mary

Clarice Baricco dijo...

Gracias por la presentación, no la conocía.

Un placer que hayas vuelto.

Abrazos.

Graciela

Malena dijo...

He venido a visitarte y me he encontrado con un blog lleno de sentido y de sentimientos. El poema es una verdadera joya y por la información que das sobre el libro, merecerá la pena leerlo.

Gracias por todo ello.

Un cariñoso saludo, Toro de Barro.

Camille Stein dijo...

tanto el texto de María Antonia como el comentario crítico sobre su obra me han parecido espléndidos...

... gracias, Carlos, un verdadero placer conocerte, espero seguir en contacto contigo

un abrazo

Alyxandria Faderland dijo...

Bueno amigo taurino, como veras por aqui, el relato negro no gusta mucho por no decirte nada (nada mas ver los blogs mas conocidos internacionalmente te daras cuenta que son un monumento a la malapalabreria o la tematica 'quiero un chongo que me mantenga' o 'yo soy la mejor de todas y las demas unas taradas') aunque a veces lo extraño mucho al genero.
Para aciarnos el gusto, digo, hay algun multiblog donde sean amigos de estos relatos????

TORO SALVAJE dijo...

No he leído nada de ella.
Después de leer ese poema creo que vale la pena buscar más.

Saludos.

Rembrandt dijo...

Carlos
visito tu sitio por primera vez y me he encontrado con tantos blogs que no sabía por cual comenzar y elegí éste para empezar.

Me ha gustado mucho la poesía de de M.A.Ricas y el comentario que has realizado , incentiva a seguir leyendo más.

Te cuento que hace un tiempo, mientras navegaba por la web buscando lectura sobre Cortázar a quien amo, me encontré con un sitio que me gustó mucho y se llamaba creo, Cartas en la Noche.
Hice un comentario a pesar de que me dí cuenta que el sitio estaba inactivo pensando que quizás el autor volvería a publicar. Esperé un tiempo , pero como eso no ocurrió olvidé el asunto.

Muy grata fue mi sorpresa cuando hace un par de días , esa persona hace un comentario en mi blog, no me dí cuenta en ese momento que eras el autor de "Cartas ...., sino hasta que llegué aquí.

En fin una pequeña anécdota que quería contarte y como te dije seguiré visitandote para conocer tus otros lugares.

Besos desde el Sur.
REM

carmen dijo...

Trasmitir les emociones a través de la palabra, rozando la piel para llegar al deseo más hondo del alma...

Carlos, la invitación me ha llegado y con ella he atravesado la puerta que has dejado abierta. Me ha emocionado la poesía de M.A. Ricas, no la conocía (soy una inculta poetícamente hablando) asi que gracias por volver a alumbrar tu rincón.
Un abrazo

Unknown dijo...

Carlos, como siempre tu labor de hormiga (por lo laborioso) poética sigue dejándome sin palabras. Ojalá puedas venir a México y compartir esa taza de café tan ansiada, o yo pueda ir a España en algún momento. Te doy gracias por la revista, ya me llegó. Lo que no té fue que no salió el poema, pero eso es lo de menos. Por lo pronto te mando muchos saludos.

el nombre... dijo...

´Te dejo un saludo. Inmenso.
Hacía tanto tiempo que no pasaba por acá!
Y te encuentro dedicado, siempre hilando fino...
Buenísimo tu post. El uso del lenguaje y su poder particular...

Cariños.