El Toro de Barro

El Toro de Barro

viernes, 8 de febrero de 2008

Un pájaro en la luz...


"un pequeño infierno florido,
una cadena de rosas,
un calabozo de aire..."




Cuando te regalan un reloj, te entregan "la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo" un reloj, "un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire...". Eso lo dijo Cortázar, madre, y no me preguntes dónde. Y en ello pienso ahora, en el reloj de boca quebradiza que hace lo que puede -que ya es poco- para entonar las horas, cuando te veo yacer sobre la cama de un hospital, con los ojos sin brillo, nublados y remotos...
¿Detengo el reloj y te ayudo a marchar?
¿O te ayudo a quedarte y te beso?
Te pregunto y no sabes responderme;
urjo una respuesta, y no puedes responder, o ya no sé escucharte...
Me cuesta saber que lo que queda de ti no tiene más consistencia que una rosa en el desierto,
y que las manos que me acariciaron un día no son más fuertes ya que las alas de una mariposa que el invierno ha congelado de repente bajo las botas del aire...
¿Apago el reloj?
¿Acorto las horas para ayudarte a entrar como un pájaro en la luz?
¿O te acuno el dolor y te lo duermo
para quedarme a solas con lo que fuiste tú,
y yo más limpio?
Hoy, madre, eres tú el libro de páginas selladas que no sé cómo abrir.
Tuya es la página que habla con invalida ternura entre mis manos confusas y pequeñas.
¿Azuzo el reloj?
¿Abro las puertas de la antigua y dorada jaula en que alguna vez volaste?
¿Te retengo un poquito más, aquí, conmigo,
o soplo sobre ti para que vuelvas a los montes
con tus ovejas y tus árboles
como una pavesa pequeña flotando entre las sombras?
¿Qué he de hacer, Madre, qué he de hacer para ayudar
a un pájaro dispuesto para entrar en la luz de la noche,
en "la hora que no es de los bühos ni de las alondras"...

Te quiero, pero no sé cómo decírtelo....
Adiós, madre,
Adiós.

29 comentarios:

karmen blázquez dijo...

Querido Carlos, dolor y dolor, "tuya es la página que habla", la despedida de un hijo a la madre, ella sabe aunque no lo digas, las madres sabemos lo que los hijos se callan,

Quisiera confortarte con este comentario, tras tu ausencia forzosa por este duro trance,que se lee dilema de conciencia;mas el hijo sabe también lo que querría la madre.
Un fuerte abrazo lleno de paz
k

Marta Raquel Zabaleta dijo...

Engrandecedor

Un saludo

Marta Zabaleta, también madre.

Londres, 9 de febrero.

mzabaletagood@gmail.com

Anónimo dijo...

Nadie pide nacer, nadie pide morir...
Amor mío, la VIDA, la MUERTE llegan sin avisar.La dirección que toman lo sentimientos son distintos, la alegría y el dolor, están y estarán siempre.
Toma de su mano eso que te dió, y te hizo crecer, formar y conformarte como el ser humano que eres hoy. Y recuerda que eres rama de su árbol, ella, tu madre te dejó su savia, es tiempo de que sea lo que necesita ser.
A tu lado, tu compañera y esposa.
Te quiero
Aira

Luis Seguel Vorpahl dijo...

Carlos, Fuerza, ánimo, un saludo con mucho cariño desde Arica Chile

Trenzas dijo...

Sé que no hay consuelo ni palabras suficientes o adecuadas. Lo único que ayuda es una conciencia limpia; un saber que nos han amado mucho y que les hemos correspondido tanto como ha sido posible; que nos sostuvieron de la mano cuando empezamos la vida y que se la hemos sostenido cuando acaba la suya.
Te abrazo, Carlos.

Sintagma in Blue dijo...

Sólo decirte eso:

besos, besos

carmen dijo...

Carlos, no sabía la causa de ausencia...bien sabes que el amor compartido nunca desaparecerá; que la lágrima y el dolor se tornarán en comprensión y la quietud volverá a tu alma apenada...
Eres afortunado...conociste el amor de una madre, conoces el amor de tu mujer, hijos, demás familia, amigos...eres afortunado. No le digas adiós, sólo un hasta pronto y deja que la paz vuelva a tu corazón.
Un beso en tu alma

Jose Antonio G. Villarrubia dijo...

Un abrazo Carlos

mirada dijo...

�jala pudiese transmitirte toda la serenidad y paz que necesitas en estos momentos. Gracias a ti, siempre, por estar y expresar con tus palabras tantas sensaciones y emociones, es muy hermoso toda la dedicaci�n que realizas a la poes�a.
Un abrazo enorme.

Tania dijo...

Es tan doloroso decir adíos, dejar que los seres que amados se van y nada se puede hacer. Pero el amor es un milagro que no se va, es la herencia recibiste, te ha forjado y vive en tu corazón. La tendrás por toda tu vida y la transmitirás en los caminos por donde andes.
Te dejo un abrazo muy fuerte, Carlos.

Francisco Méndez S. dijo...

primera vez que paso por este blog y leo esta emocionante despedida.
Un abrazo muy fuerte y ánimo

Isabel Barceló Chico dijo...

Una dura encrucijada afectiva y moral. Karmen blázquez te ha dado una buena respuesta: el hijo sabe lo que la madre quiere. Y por eso está también este dolor tan intenso que sientes, quizá porque lo que ella querría no es lo que quieres t�u. Las madres, a veces, exigimos sacrificios inmensos en nombre de la vida que dimos. Pero nunca es un sacrificio gratuito, sino un sacrificio que obliga a crecer.
Un abrazo muy fuerte, Carlos, y mucho ánimo en este trance tan duro. Pese a todo, ella no te dejará nunca: en lugar de estar "fuera", estará dentro de tu corazón.

MNB dijo...

�Un fuerte abrazo!

Qalamana dijo...

Lo siento... al menos quedan los recuerdos de esos maravillosos momentos pasados juntos, verdad?

Mucho ánimo!

Mityu dijo...

Acabo de mirar casualmente entradas de los últimos días, y he visto tu huella en el valle. Vengo a verte.

Jamás pensé que venía a leer este texto. Bellísimo, doloroso, como el duduk armenio que me acompaña mientras te leo.

Te abrazo.

Clarice Baricco dijo...

Contigo.

Te abrazo mucho.

CARLOS ARTURO GAMBOA dijo...

Llegan momentos de la vida en que el lenguaje debe ser reinventado para enteder los intersticios del tiempo...

Un saludo, con abrazo

LiterataRoja dijo...

I-M-P-R-E-S-I-O-N-A-N-T-E

Anónimo dijo...

Mientras leía, he sentido tu dolor y he comprendido tu ausencia. Nada se puede añadir a la profundidad de una despedida y... te escribe Carlos, quien se arrodilló ante el lecho de su madre con esa misma duda... y también besó la frente de su hijo mientras dibujaba con los dedos el contorno de su postrera sonrisa.
Un largo abrazo.
Rosa.

quantum dijo...

Hemos estado ausentes. Veo ahora el porqué de la ausencia tuya. En este caso, Carlos, ver es doler. Y querer. Estoy contigo.

Alyxandria Faderland dijo...

Cuando te regalan un reloj, no te regalan ni siquiera tiempo, el regalado eres tu; remataba Cortazar, uno de mis 'amores' litrarios. Lamento mucho lo de tu madre, sera un triste consuelo, pero al menos fue en paz y bien atendida.
Los relatos del Angel Negro no los has perdido, solo estan en espera por un tiempo, porque ahora la que esta malita, con una piedra grandota como un zapato en un riñon que no quiere saber mas nada, soy yo. Y con tanto hospital, te juro que tengo para rato.
En cuanto a lo de tu madre, me recuerda algo que escribi en nombre de Sirio -personajes invitados- para la historia de Isabel Romana: no se puede pedirte que no llores, que no te duela, que no sufras, no solo porque es inutil -y tonto ademas- ni es por maldad, sino porque es imposible; cuando percibimos lo corto de nuestra vida y la eternidad que se extiende ante el mas alla.No se te pide eso; se te entiende y se te apoya.

Alyxandria Faderland dijo...

Querido torito de oro: aunque no este tu pagina favorita disponible, en la otra, un carusel de locos debe parecer, hay algo negro para tus cuernos, es mas me gustaria que me los prestaras para una buena cornada a ese sujeto.
Creo que lo define muy bien

el nombre... dijo...

Soy un desastre total para decir algo.
Me quedo en silencio, a tu lado, Toro.
Es todo lo que puedo.

Respirá profundo!

fgiucich dijo...

Ese dolor que no tiene minutos ni horas no se puede detener. Marcha inexorable, mientras contemplamos esa partida irremediable. Abrazos.

Isabel Barceló Chico dijo...

Un abrazo muy fuerte, carlos. Espero que poco a poco te vayas encontrando mejor. Escribir te har�a bien...

Kosmonauta del azulejo dijo...

Precioso poema, inspirado en la pureza de un corazón que todavía brilla, aunque sus ojos retrocedan, y se perpetúa en el verbo de un poeta que siente. Con la crudeza de los espíritus sencillos.

Un abrazo

Amapola dijo...

Sentimientos reflejados .....en unas líneas que desprenden verdadero amor aún lleno de dolor...
Mi más sinceros ánimos, lamento este momento .

Anónimo dijo...

Te quiero mucho papá

irene

A chuisle dijo...

Es lo más hermoso que te he leído y llegué a él sin proponérmelo. Es extraño, podría ser lo que me habría gustado decir al morir mi madre, pero en este poema veo a la tuya y no a la mía. Yo tendría otras cosas que decirle con la misma intensidad del alma y con el mismo objetivo, decir adiós, decir te amo, cuando no se sabe cómo, y cuando es inútil e innecesario, porque una madre ya lo sabe.

Un abrazo Carlos.