El Toro de Barro

El Toro de Barro

jueves, 25 de octubre de 2007

«Guantes de piel humana», de Julio Clemente Lourtau



Karl Koch y su esposa Ilse, fotografiados con sus hijos en la época en que dirgían aquel terrible campo de concentración de Buchenwald, que habría de pasar a la historia como una factoría dedicada a la fabricación de guantes, lámparas y forros para biblias con la piel humana de sus víctimas.



Uno no sabrá nunca si fue por exceso de valor o por uno de esos ataques de sana imprudencia que hace irrepetibles -y también inolvidables- los tiempos de nuestra juventud, pero lo cierto es que, cuando todavía no se había diluido el olor de la cirios bajo el que fue enterrado en el Valle de los Caídos el dictador Francisco Franco, y cuando no eran pocos en España los que entretenían sus miedos y sus viejos rencores alargando hasta el infinito las listas de los que habrían de ser fusilados cuando estallara -de nuevo- otra guerra Civil, un joven estudiante de Arte Dramático se subió al escenario de la Casa de la Juventud para representar, con la única protección del cielo de septiembre, aquel diálogo terrible entre un comandante nazi y la última de sus víctimas judías que marcó la historia personal de quienes tuvieron la ocasión de escucharla en directo.
¿Cómo supo aquel muchacho los pormenores de lo que ocurrió en el terrible campo de concentración de Buchenwald, en los que se basaba el guión de sus «Guantes de piel humana»? ¿Cómo supo aquel muchacho que entonces no contaba con más de diez y ocho años del inaudito despliegue de crueldad que se ejecutó, durante cerca de diez años, tras las alambradas de aquel dantesco infierno? ¿Cómo pudo sobrepasar los férreos cinturones de la censura franquista, tan atenta para cortar de raiz lo que pudiera recordar al mundo, y a los españoles, la calaña de quienes fueron sus aliados?
Algún día, Julio Clemente Lourtau tendrá que contarnos esa historia, porque a la altura de 1977 los sumarios que daban fe de la iniquidad de Ilse Koch, de quien partió la idea de hacer guantes y lámparas de piel humana en aquel campo de concentración de Buchenwald que dirígía su marido Karl Otto Koch, apenas sí eran conocidos en España por el personal del cuerpo diplomático, por algunos periodistas como Carlos Sentís y por los historiadores especializados en la Segunda Guerra Mundial.
Más allá de su valor, o de su inconsciencia, lo cierto es que cuando Julio Clemente Lourtau -que aparece en la fotografía superior de la derecha, poco antes de arriesgarse al esecenario- estrenó en lo últimos compases del verano de 1977 sus «Guantes de Piel Humana», faltaba todavía un año para que aquella legendaria y cuestionada serie de televisión que protagonizara Meryl Streep socializara en todo el mundo el conocimiento de aquel gigantesco Apocalipsis que sufrió el mundo judío bajo la alemania nazi. En este sentido, aquel adolescente barbilampiño se adelantó en España a la gran marea literaria que, construida en torno al Holocausto, agitó a partir de entonces todas las conciencias -incluso las más tibias- de Occidente. Y no sólo eso: aunque él no lo supiera entonces, lo suya fue, también, la primera pieza dramática en torno a la Shoa escrita en castellano y representada en castellano en el amplísimo espacio de la cultura hispanoamericana, rompiendo así con ello el monopolio que hasta entonces había ejercido el teatro y la cultura centroeuropea en la difícil hora de poner imágenes y voz a la catástrofe. Su nombre se sumó, así, al de Rolf Hochuth, que algunos años antes, en 1963, puso en evidencia en El Vicario la cómplice actitud de la jerarquía católica ante la tragedia; o a la de Peter Weiss, que en 1965 había representado con La indagación la distinta visión que las víctimas y los verdugos se habían construido de aquel apocalipsis. El joven dramaturgo español se adelantó, así mismo, a la voz del israelí Yehosua Sobol, que en 1984 se detuvo, con su Ghetto en las luces y en las sombras de la normalidad antiheroica de las millones de judíos que fueron ejecutados. En ello se resume -poco más o menos- la producción dramática en torno al Holocausto de toda la cultura occidental, en la que Julio Clemente Lourtau merece algo más que un frontispicio propio.
Si todo marcha bien, la obra volverá a ser representada en Tarancón el 16 de noviembre de este año de gracia de 2007, treinta años después de que sacudiera temerariamente las conciencias de toda una generación. Aparte de la responsabilidad de encarnar al judío -el autor hará lo propio con el comandante Otto Koch- he tenido el inmenso honor de revisar el guión de aquella legendaria obra, que ha sido reconstruido para la ocasión adecuando el texto a los pormenores de la tragedia rescatados por más de sesenta años de investigación historiográfica e incorporando por primera vez en una obra dramática relaccionada con la Shoa algunos de los poemas más célebres y capitales de Paul Celan, el gran poeta alemán que, no pudiendo tolerar haber sobrevivido a la catástrofe, acabó arrojándose a las aguas del Sena.
Será ésta, sin duda, la ocasión de reconocer y homenajear en Julio Clemente Lourtau la temeridad de quien, teniendo el valor que a otros nos faltaba de alzar su voz en tiempos aún difíciles, nos golpeó la conciencia para siempre. Y, tal vez, lo sea también para renovar de nuevo nuestro compromiso por la defensa de los valores sobre los que Occidente ha sabido construir su Civilización.





En las fotos anteriores, Ilse Koch compareciendo en el jucio seguido contra ella; cabezas reducidas y diversos objetos de piel humana elaborados para su uso personal y, finalmente, Julio Clemente Lourtau y Carlos Morales en los ensayos de la obra Guantes de Piel Humana.



Ilse Koch, fotografiada con su esposo en Buchenwald mientras descansaba de sus interminables orgías sexuales y de su concienzuda tarea exterminadora. Ilse fue condenada a cadena perpetua, pero se suicidó en 1967 en el silencio de su cárcel. En cuanto a su esposo, el sanguinario Karl Otto Koch, fue ejecutado por la SS en 1945 por el manejo corrupo de los fondos obtenidos en los campos de concentración que había dirigido.






51 comentarios:

fgiucich dijo...

Terrible, pero excelente y necesario recordatorio. Abrazos.

BUDOKAN dijo...

La verdad que no sé que decir ante tremenda historia. Te he agregado a mi lista de links recomendados. Saludos!

el nombre... dijo...

Que historia, par dieuz!
Impresionante, de verdad.
Me quedé hipnotizada en la pantalla.

Sé que hacía un tiempo que no venía, ese tirano de la modernidad!

Besos

el nombre... dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Yo vengo aquí desde Canto de Espumas, un blog que conoces perfectamente bien y en el que sueles dejar sustanciosos comentarios. Es a través de ellos que me interesado por lo que haces. Y lo que haces es de una humanidad tremenda, aunque me da la sensación de que no reconoces el valor de lo que haces. La mayoría acá habla de sus experiencias, habla de si mismo y de su mundo, pero tú te ocultas en las palabras de los demás, te das poco de un modo directo, y me pregunto por qué. He leído tus poemas -tan distintos a los habituales-; también he leído tus artículos, en los que criticas duramente a los débiles de espíritu que se dejan caer en las visiones totalitarias del mundo; pero hace casi siete años que no publicas nada, y me pregunto por qué. ¿por qué te ocultas?

Un fuerte abrazo de una lectora exiliada de su patria

Lucía Meneti
(Buenos Aires)

Mityu dijo...

Una entrada que aporta, que denuncia, que se posiciona, que era muy esperada.

No olvidaré la fecha y el lugar.

Gracias por compartirlo.

Te derramas en cada palabra y te va la vida en ello. Pero tu vida también es valiosa. No lo olvides.

Aulo dijo...

buff, todo lo relacionado con la alemania nazi me estremece prefiero no pensarlo, pero hay que pensarlo porque la historia de lo que fué se hace presente ahora en cada persona que sufrió la tragedia sea directa o indirectamente; nada de eso se debe olvidar.
un saludo

Tania dijo...

Es siempre doloroso pensar en hasta donde la crueldad ha podido llegar. Y creo que es una de las más importantes funciones del arte, esa de la que hablas, de nos golpear la conciencia y no dejarnos olvidar las trajedias humanas. Como una voz que nos pide para sentir el dolor de las victimas y que implora por no permitir que suceda nunca más...
Deseo que la representación de esa obra sea un exito, que llegue a muchos corazones.

Un abrazo, Carlos.

Qalamana dijo...

No había oído hablar de é, qué interesante!

Azul dijo...

Bueno ya estoy por aquí, después de mis extravios y distracciones...como siempre me llevo cosas interesantes, conozco y disfruto en tus espacios y como no, te dejo mil bikos.

Anónimo dijo...

Hace poco cayó en mis manos un libro de Laurence Rees, títulado "Auschwitz. Los nazis y la Solución Final". En él, me pareció entender que su autor vinculaba la ejecución definitiva de esa "Solución Final" a las circunstancias de la II Guerra Mundial, o lo que es lo mismo, que sin esa guerra no hubiera existido el genocidio judío. Lo vinculaba, de un modo más concreto, a la superación de la capacidad alemana para alimentar a los prisioneros de guerra tras el comienzo de la invasiuón de la URSS y la entrada en la guerra de los Estados Unidos de América. ¿Qué os parece ésta idea?
Ni qué decir que deseo suerte a los que van a reeditar esos "Guantes de piel humana" en el escenario.
Un saludo

Lucas de Castro
Madrid

El Toro de Barro editorial dijo...

Yo, querido amigo Lucas, tiendo a creer que la guerra no fue sino el mejor y más adecuado contexto para poner en marcha "La Solución final" al problema judío tal y como había sido formulada casi veinte años antes por los ideólogos del partido nazi. El hecho de que se detrajeran tantos recursos económicos y humanos de los frentes para hacer más eficaces la localización y los distintos programas de exterminio ensayados por las SS, y que los mismos se mantuvieran con pertinaz obsesión hasta las últimas horas que precedieron a la derrota del Reich, no viene sino a ratificar que, en el diseño estratégico alemán, el genocidio judío era un programa cuya ejecución estaba más allá y por encima de las consideraciones bélicas de los estrategas militares, y que, aunque ambos fueran partes de un mismo afán de hegemonía mundial, la guerra no fue sino el contexto que permitió que el esterminio judío que se buscó desde siempre en la civilización cristiana europea pudiera, por fin, llevarse a cabo...

Un fuerte abrazo,
Carlos Morales
ocidio judío eran dos partes distintas de un mismo y capital objetivo, que no era otro que la consecuención de la hegemonía política y racial de Alemania en todo el mundo.

Luis Seguel Vorpahl dijo...

Hola, tienes un regalo en mi blog, date una vuelta por allí, saludos

Anónimo dijo...

El exterminio judío estaba previsto por los nazis cuando todavía eran un partido minoritario, y sólo lo pudieron poner en práctica cuando, estando ya en el poder, provocaron la II Guerra Mundial. Pero ambos eran cosas distintas. Fue, en mi opinión, el proyecto más importante de los 12 años de dictatura nazi. Para Hitler, el acabar con los judíos europeos era la meta más importante, más incluso que ganar la guerra. Nunca antes nadie se propuso acabar con todos los miembros de una comunidad, y menos utilizando para ellos métodos industriales. La organización, y la frialdad con que se puso en marcha y llevó a cabo es lo que causa más horror. Aquello no debe olvidarse, para no volver a repetirlo entre nosotros. Porque es terrible que ahora haya en marcha otros genocidios, como el de Dargur, y nadia haga nada por ponerle fin...

Alejandro
(Madrid)

Anónimo dijo...

Yo no pongo en duda en genocidio judío, pero lo que sí me parece es que si se sigue hablando de él es, por una parte, porque los escritores y los productores de cine ven en ellos un filón emocional para hacer negocio, y, por otra, porque legitima la rebelión judía contra su presunto destino, que está en la base de su lucha con el pueblo palestino y con el mundo árabe. De no llega a ser por estas dos fuerzas, el sionismo y el mercado, el Holocausto ya sería cosa de la historia. Del siglo pasado.

F. Schultz
(Berlín)

Juan B. Morán dijo...

Estimado Carlos

No conocía la obra ni tampoco a Julio Clemente y su osadía. La primera foto me roba algo por dentro. Creo que el ser humano es ese animal que se ampara en una ideología para perpetrar sus páginas más negras. La ideología sirve para minimizar los costes morales, los frenos que pudieran quedar. Por eso creo que el combate (al estilo de Camus) es precisamente no dejar pasar ni una en el terreno de las ideas, no permitir la criminalización de ningún grupo social, porque eso abre las puertas a lo más terrible, a la vanalización de cualquier exterminio, a la posibilidad de su realización.

Un abrazo

el nombre... dijo...

He leído los comentarios, las respuestas...


Y pensar que en todo esto estaba liderando la idea de un "Bien" a alcanzar!!!

Un beso

Anónimo dijo...

Lo que se niega no es la existencia de las ejecuciones en la segunda guerra mundial, a lo que se le aplica el nombre de holocausto. Lo que siempre se ha discutido ha sido las dimensiones del mismo, hay investigadores que han demostrado que las cifras son netamente inferiores a las oficiales.
En esas ejecuciones, en los campos de exterminio, murieron también muchos no judios a los que jamas se les ha reconocido ninguna consideración y en esa guerra murieron también muchisimos mas alemanes, polacos y rusos que judios, sin embargo tampoco se habla de este "holocausto", parece que ese termino solo es aplicable a los judios mientras que a la inmensamente superior cantidad de muertos no judios no se les toma en consideracion.

Escarlata

Anónimo dijo...

Estimado o Estimada Escarlata:
En la guerra murieron aproximadamente 60 millones de personas sólo en Europa, de las que 25 millones lo hicieron en combate como soldados, y otros 35 millones fueron civiles que murieron por diferentes causas lejos del frente. La peor parte se la llevaron, en Europa, ciertamente los rusos que perdieron 14 millones de soldados y 7 millones de civiles. Le siguieron los polacos, con 120.000 combatientes muertos y 5.300.000 civiles. En las cifras de civiles rusos y polacos están incluidos los judíos.
Podemos seguir con las cifras si Ud. quiere. Pero en todas estas cifras Ud. verá una diferencia: nadie se molesta en discutir más cifras que las relativas a judíos muertos. Esto es consecuencia de otra diferencia: nadie quiso exterminar a los polacos, ni a los rusos, por ser rusos, o polacos, o eslavos. Los nazis sólo intentaron ganar la guerra y reducir a esta gente a un estado de servidumbre, pero no exterminarlas. Con los judíos, en cambio, no se quiso ganar ninguna guerra, ya que no tenían ejército ni posiciones que defender. El objetivo era el exterminio. No un exterminio figurado o simbólico, no. Un exterminio real. Muchos de los judíos eran compatriotas de los exterminadores. El objetivo era arrancar de la faz de la tierra a una “raza” humana. Los nazis tropezaban con un obstáculo: no siempre es fácil distinguir a un judío de un no judío. Los signos externos de tipo religioso, algunos apellidos, la circuncisión en los hombres, eran indicios tenidos muy en cuenta. Pero tampoco esto resolvía todos los problemas, porque muchos apellidos eran comunes a judíos y no judíos. Además muchas personas tenían un padre judío y una madre no judía. ¿qué hacer, entonces? Se tomó como regla que un abuelo judío era suficiente para considerar a una persona judía.
Pero la búsqueda debía ser minuciosa. Nadie debía escapar a la persecución. Se estandarizaron patrones: la geometría de la nariz, el perfil de la nuca, el volumen del cráneo, etc., eran considerados determinantes para establecer cuándo un individuo era de “raza judía”.

La persecución no tenía fronteras. Los judíos eran arrestados y conducidos a los campos de concentración desde Francia, Holanda, Polonia, Rusia, Grecia, Rumanía, etc. El arresto ocasionaba, además, la confiscación de todos los bienes. El resultado fue una enorme concentración de personas en los campos. Gestionar un exterminio de tal envergadura requiere una gran organización. Los alemanes pusieron todo su talento organizativo al servicio de una gran industria: el asesinato de seis millones de personas. Al servicio de dicha industria se pusieron medios de transporte, gases letales, hornos crematorios, y la mayor planificación de la muerte que haya ideado el ser humano. El exterminio no tuvo nada que ver con la guerra.

Tácito

Anónimo dijo...

Enlaza usted el término "holocausto" con "decision de exterminar", vamos que el holocausto ruso, el chino o el polaco no existieron para Vd. si efectivamente.
Eso entronca perfectamente con la forma de pensar judia segun la cual, ellos son el "pueblo elegido" y el resto de la humanidad viene a ser una especie de ganado del que se puede prescindir perfectamente.
Y podemos seguir hablando de otros "holocaustos". El holocausto de Hiroshima, población totalmente civil, no habia ni una sola instalación militar que justificara que se masacrara de esa manera a cientos de miles de niños inocentes y se contaminara a esa población y a sus descendientes. No fué un acto de guerra fué un asesinato masivo. Nagasaki, tres cuartos de lo mismo. Danzing, a final de la segunda guerra mundial, con Alemania rendida, bombardeada con bombas de fósforo, que solo mata a las personas sin destruir las instalaciones, que los aliados querian preservar. Vietnam, población civil bombardeada con Napalm, cosechas destruidas con el famoso Agente Naranja, incluso se llego al arrasamiento de aldeas de campesinos con fusilamientos individuales, ¿recuerdan My Lai? Holocausto Palestino, con la población expulsada de su territorio y encerrada en campos de concentracion (perdon de refugiados), obligados a pasar penurias economicas, de alimentación y sanitarias, humillados, atacados y asesinados a diario, el tribunal supremo israeli acaba de legalizar el asesinato de los habitantes de esos campos. Y podríamos seguir, y seguir, y seguir...

Escarlata

Anónimo dijo...

Si no fuera porque el tema que estamos tratando no admite silencios no me molestaría en contestarle, ya que parece Ud., además de un ignorante, un perfecto marmolillo. Para discutir con cierta solvencia hay que leer con atención el texto que tratamos de rebatir. Me referí en otro post, con detalle, a las cifras de muertos de la segunda guerra. Es generalmente admitida la cifra de 60 millones de personas muertas entre combatientes y civiles. Le dije que de estos 60 millones la única cifra en discusión son los 6 millones de muertos judíos. A qué conduce que Ud. enumere (con manifiesta ignorancia, por cierto) otras matanzas de la guerra, que nadie niega. El objeto de este debate es justamente la única matanza que está sometida a la maliciosa y repugnante negación de gente como Ud. Si quiere hablar de genocidios o de holocaustos le sugiero que hable del millón y medio de armenios asesinados por los turcos entre 1915 y 1917. O del genocidio de Ruanda donde, en 1995, entre 500.000 y 600.000 tutsis fueron asesinados por hutus. Todas esas cifras son ciertas, históricas y de general aceptación. Pero este debate se reduce al genocidio judío porque éste es el único cuya negación interesa a los antisemitas como Ud. Nadie se molesta en negar ni en tratar de reducir las cifras de tutsis muertos. Nadie ha puesto en cuestión las cifras de armenio exterminados. Nadie discute los chinos ni los rusos muertos en la segunda guerra. Nadie trata de reducir o poner en cuestión la matanza de Darfur perpetrada por las guerillas árabes. El único holocausto negado, cuestionado, sometido a perpetua duda por gente sin escrúpulos es el judío.
Si Ud. quiere negar uno de los hechos más documentados de la historia hágalo con valentía, ya que no puede hacerlo con inteligencia, pero no nos haga un repaso de hechos que nadie discute.
Racismo. Claro, los judíos no son una raza. Sólo existe una raza: la raza humana. Pero los seis millones de judíos asesinados lo fueron porque los nazis dividieron a la humanidad en razas. Establecieron que la raza aria era superior y los judíos eran una raza que merecía ser “arrancada de la faz de la tierra”. Las razas no existen, pero los racistas sí. Ud. mismo es una buena muestra.

Tácito

Trenzas dijo...

Hay una larga historia de persecución a los judios que no empieza, ni mucho menos, con la Alemania nazi. Persecuciones sistemáticas e institucionales que, por otra parte, también pueden aplicarse a otros pueblos y etnias en todas las épocas y en todo el mundo. Seguramente, no con tanto encono ni a lo largo de tantos siglos. Lo que da la auténtica dimensión de la tragedia judia en la II.G.M. es el contexto; el cómo, el cuándo y el porqué, se programó y se llevó a cabo hasta el último momento del Reich. Sólo recordar que en la noche del 9 de noviembre de 1938, "noche de los cristales rotos" se materializó vivamente, el deseo del exterminio posterior. Y que aún faltaban seis meses para la invasión de Polonia y más para que empezaran a caer europeos de otras nacionalidades bajo los nazis.
No hay disculpa posible para ninguna matanza, ni en la paz (es un decir) ni en la guerra, pero si hay alguna muchísimo peor que otra, es la que se planifica en frío, con años de antelación y sin provocación que la respalde.
Me parece muy bien que no nos permitan olvidar esos términos mediante el teatro, la poesía o cualquier otra manifestación del mismo corte.
Bien por los que saben, mediante su arte, remover conciencias.
Estupendo artículo, Carlos. Ojalá tenga el renovado éxito qie merece el proyecto.
Un abrazo

Jose Antonio G. Villarrubia dijo...

Espero poder asistir a la representación.
Un abrazo

CARLOS ARTURO GAMBOA dijo...

Hola amigo, paso a dejarte mi abrazo de gratitud por tu acompañamiento.

Saludos devánicos

MaLena Ezcurra dijo...

Una entrega que desgarra, una bofetada a la humanidad toda.
Así lo siento desde las vísceras.
Por suerte tenemos el arte que nos eleva, noy ayuda a ser menos crueles, a transparentar la mirada.

Que mas decir luego de tan excelsos comentaristas.
Un lujo tu casa, siempre.

M.

LiterataRoja dijo...

Mil millones de historias unicas
cada uno de ellas es una obra de arte

Paris dijo...

Lo queno entiendo, es por que esta tan marcado el Judio en la historia, tal vez por que el mismo Jesús era Judio? La verdad que si me hago esa pregunta, es por que aunque lo de las SS siga por desgracia latente en muchas mentes, haya todavía por ahí gente que piense que el Judio es el culpable de todo.
Para mi es una gran raza, luchadora y superviviente del horror, pienso que su sangre será la que lave la cara de la tierra, y por supuesto, debo reconocer, que me dejare llevar por su romanticismo, ya se, tal vez lo que estoy diciendo no tiene nada que ver, pero era lo que me apetecía decirte, o tal vez, tu escrito es lo que me ha llevado a pensarlo.

bss

Anónimo dijo...

Pues dile a tu amigo, que gracias por seguir ahí, y que su dolor aunque no conocido, también lo hago mío, me hubiera gustado viajar a la tierra de Gaza, creo que una de las razas (interior del cuerpo) mas inteligentes que existe, que deberiamos aprender muchas cosas de ellos, y que la gente con sus envidias tontas, solo sabe menospreciar lo que no sabe. Empece amarlos con la pelicula Exodo, y me lleno y vacio en segundos.


Shalom.

Paris dijo...

Me apetecido sacar un poquito de mi recuerdo y te lo dedico a ti y a ellos... amigos de tierra santa, mi emoción es suya.

besos

Akasha Déclenché! dijo...

En el arte siempre podremos contar para envalentonarnos y expresar lo que el dolor o el placer callan.

Gracias por la visita, eres bienvenido allá cuando gustes.

V V

Abril Lech dijo...

Dios mío, cuánto dolor¡

la perversión llega a limites inimaginables, me ha costado leer algunos párrafos, lo que ha de haber sido el vivirlos.

elescaramujo dijo...

Y todavía hay gente que lo niega! Mis bisabuelos, los tíos y primos de mi padre, fueron asesinados en un campo de concentración por ser judíos. Vivían en Varsovia, Polonia. Ni siquiera podemos saber dónde fueron llevados, porque no hemos logrado encontrarlos en los registros. Lo cierto es que mis abuelos lograron sobrevivir a tal matanza porque vinieron unos años antes de que estallara la guerra a la Argentina. Ellos se comunicaban con su familia hasta que las cartas cesaron. Y todavía hay gente que niega las marcas que nos han dejado esas ausencias, padecen esa perversión de la desmemoria y ese siniestro mal que se llama antisemitismo. Mi madre es católica y sé lo que es convivir entre distintas religiones, tomar lo mejor de cada uno, no querer pasar por encima de los demás, respetarse.
Soy poeta, y he investigado mucho sobre la poesía del holocausto. No sólo Paul Celan, sino Nelly Sachs , Rose Auslander e Hilde Domin entre otras. saludos y suerte!
Myriam

Anónimo dijo...

Querido CARLOS, no voy a asistir, aunque quisiera no podría asistir, esa piel vive en mí para siempre, tengo esquejes vivientes de esa piel con mi piel, no puedo asistir, no pude ver La lista de Schindler, ni siquiera La vida es bella.
Era necesario, que en vuestro escenario, alejado en tiempo y espacio, se invoque a las víctimas y a los verdugos, que suene, Celan como un conjuro, que desbarate el eterno retorno. Que no venga el porvenir, que no vuelva a volver el porvenir, detenédlo en el teatro,re-presentad la tragedia,una y otra vez, fijad el tiempo en esos gestos, en esas voces, sujetad ese humo del horno, que no desaparezca, pero que no fluya, que no fluya,
"WIR TRINKEN UND TRINKEN"
cantádlo en alemán,mil veces¡¡ en su idioma,
"WIR TRINKEN UND TRINKEN", él pudo hablar su misma lengua, quiso hablar su misma lengua la de su madre:

"(...) Madre, a ti
que decías Wolfsbohne* y no:
lupino.

Ayer vino uno de ellos y
te mató
otra vez en
mi poema.

Madre.

¿Madre, qué
mano he estrechado
cuando fui con tus
palabras a
Alemania?

En - -, dijiste siempre, en
- - junto
al Elba,
en
la huida.
Madre, vivían allí...

Tú, que decías Wolfsbohne.
Ellos, que construyeron la Wolfsschanze**. ¿Quién
vive?
En la huella del aliento vives tú, a
la busca del aliento, en el
poema.(...)"

*Baya de lobo
** Madriguera de lobo

Carmen Bláquez
______________
http://lafogonera.blogspot.com/

Anónimo dijo...

En nombre de los supervivientes de Theresiendtat, quiero agradecerte lo que estás haciendo para que nadie olvide lo que fue la tragedia. Se que, no siendo judío, has trabajado mucho por darnos voz y no dejarnos morir por segunda vez. ¡Eres un justo, Carlos, un "justo de la humanidad"!...

I. Langer
Jerusalem

Isabel Barceló Chico dijo...

�C�mo lamento no poder estar el 16 presente en esa representaci�n que, seguro, resultar� impactante! �Ser�a mucho pedir que alg�n amigo vuestro hiciera un v�deo - aunque sea de unos pocos minutos - y lo pongas luego aqu� Os deseo la mayor fortuna en esa representaci�n. Un abrazo muy, muy fuerte.

Osselin dijo...

Dede mi remoto pasado sefardita te agradezco la iniciativa.

Luci dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
angélica beatriz dijo...

Mi querido Carlos,

Te escucho y siento que la vida se detiene, entresacando ese tiempo que narras, y que jamás debió ver la luz...

Voy a seguir tus letras, tu voz, tu mensaje, tu entrega, porque lleva el aroma de tu alma, que me impregna de tu pensamiento y de tu sentir.

Un beso grande para ti.

Princesa Dariak dijo...

Carlos,
A pesar de conocer la historia, tiembla mi pulso al comprender que en alguna parte de este mundo se siguen cometiendo este tipo de atrocidades...
Nunca mas oportuna la reposiciòn de esta obra, desconocida por mi, pero reveladora, esa voz, que en el silencio necesita ser escuchada una y otra vez. Tal vez asi la humanidad termine definitivamente con todos los inùtiles fraticidios.
Estás, estàn cumpliendo con la misiòn del artista!... Me emociona. Gracias.

(Sabes que... una obra de teatro se me viene asi... de repente, a la mente, un grito...: Fuenteovejuna lo hizo!!!...)

Exito en tu perfomance, -mucha merde decimos por aqui- mis saludos a tu compañero. Vivo en Buenos Aires, por lo que se me complica ir a verlos. Aunque si me gustarìa leer la obra.
Mmmm... podrian traerla a mi ciudad?. Es un deseo.

abrazos de luz.

carmen dijo...

No conocía la obra, ni el autor y su presentación será sin duda impactante.
¿Es bueno avanzar olvidando las miserias humanas de otros tiempos? Si con ello el ser humano aprende a no caer en la misma crueldad, entonces es positivo. Sin embargo es tan fácil desprenderse de lo que es bueno, caritativo o simplemente justo que es necesario la presencia de personas como tu, como Julio Clemente y otros para gritarnos "Ehh, despierta...el horror existe...
Gracias por ello.
Un saludo

quantum dijo...

Excelente idea, además de todo lo dicho, y de lo que te he dicho, la de incorporar algunos de los esenciales poemas de Celan.
Mi abrazo, Carlos.

Clarice Baricco dijo...

Conmovedor leer lo que compartes.
Estaré contigo en el corazón en esa fecha tan especial y ten por seguro que todo saldrá bien.

Abrazos.

Pilar M Clares dijo...

Interesante. Nunca arendí a esa máxima con la que nos hacían reflexionar en las clases de filosofía de"el hombre es un lobo para el hombre", pero el hombre es un asco para el hombre, no hay más que echar un vistazo. Sin embargo sigo apostando por otra mirada en la que recojamos del hombre, de las mujeres, todo lo que nos hace felices. La mayoría de los actos de violencia son angustias de los asesinos. Luchar por una sociedad y unas relaciones mejores es matar al lobo. Me gusta tu blog. Saludos

Aulo dijo...

Gracias por el comunicado, últimamente no tengo mucho tiempo, así que siento el retraso; la representación es mañana verdad? bueno, pero yo no puedo ir, porque me queda muy lejos, en Cuenca, yo estoy en Galicia, es lo malo, y lo bueno de internet, aquí cada uno es de un sitio distinto, en fin, a ver si hacéis un tour por aqui. Un saludo

Abril Lech dijo...

Es 16 de noviembre y pienso en ti, en ustedes, en la obra y en todo lo que podéis transformar con el hecho artístico de esta noche.
Merde!!!!!
Todo lo mejor para esta noche!!!
Mi energía desde Buenos Aires para ambos.

Paris dijo...

solo el iris puede comprender tanta historia.
besos

el nombre... dijo...

Por favor, carlos, torito mío, postea de nuevo, que cada vez que entro a visitarte, me dan escalofríos!!!!

besossssssssssssss

Alyxandria Faderland dijo...

Ya sabia que se me escapaba algun link....

Isabel Barceló Chico dijo...

Pas� a ver si contabas algo de la representaci�n. Espero con inter�s e ilusi�n noticias al respecto. Un abrazo.

UMA dijo...

Mi abuela nunca pudo pronunciar la palabra 'alemanes', ella, lituana, no se si en un acto fallido o què pronunciaba "animales", luego sonreìa, mientras sus cristalinos ojos se enturbiaban.
Un abrazo

Tania dijo...

Querido Carlos,

La conmoción me ha dejado sin palabras, pero necesito decirte que nunca estará sólo quien, como tú, lleva en el alma ese deseo, ese sentido tan intenso de hermandad. Gracias por compartir tus sentimientos y tu camino, y tocarnos profundamente el alma.

Un abrazo muy fuerte.