El Toro de Barro

El Toro de Barro

sábado, 25 de agosto de 2007

Invitaciones de El Toro de Barro: Carlos de la Rica


Luis Cernuda

En la orilla
el candor de un labio
el cuerpo estremece.
Así, entre musgos
y espuma, todo el amor
de un viento renace
cuyo nombre y gemido
alza el contorno
de su bulto distante.
El azar del aire
obstinado insiste
y apoyo
al transeúnte pide.
¿Qué
firmes alas conseguirán
a la aurora llegar primero?
A tu altivo lamento,
¿acaso conseguirás su cabello?
Cuando al tierno vigor
su túnica despliegues,
alejada y muy próxima,
a tu lado, infinita,
¿seguirá inmisericorde
la Soledad siempre?



Toda historia literaria tiene sus heterodoxos. Seres iluminados por un fuego inquietante que no podemos ver, y cuyas voces pasan en medio de nosotros anunciándonos algo que no conocemos todavía, pero que nos es, sin embargo, extrañamente familiar. Si en un ejercicio de imaginación virtual los liberásemos a todos de esa zona oscura en que, a pesar de sí mismos, habitan, y los pusiésemos uno junto al otro en torno a la mesa en que comemos, nuestra percepción de la historia de la que venimos sufriría, probablemente, un vuelco inesperado.
A esta noble tradición heterodoxa pertenece el poeta español Carlos de la Rica (1929-1997), poeta de frontera y una de las voces menos conocidas, y mas originales, de la poesía española de la segunda mitad del siglo XX. Él es, también, el autor de este poema que, bajo el nombre de otro de los grandes poetas de nuestra civilización, «Luis Cernuda», nos recuerda que el amor no basta para borrar las incertidumbres.
El mejor conocedor de su obra, Carlos Morales, ha prepatado para ti una breve y clarificadora biografía del que fuera fundador de esa mítica aventura editorial que sigue siendo El Toro de Barro. De igual modo, y con visible delicadeza, ha seleccionado una pequeña antología de su obra, a la espera de ofrecerte un momento de placer literario irrepetible en los últimos compases de este extraño verano que se acaba. Y lo hace ahora, cuando se cumple el décimo aniversario de la muerte de uno de los pocos poetas españoles que supo utilizar los grandes mitos del mundo clásico para dar legitimidad a las ansias de libertad y de justicia de todos los pueblos de la tierra...
Con el tiempo.
Y contra el tiempo....

(El lector puede hallar aquí una biografía y semblaza crítica de Carlos de la Rica realizada por Carlos Morales, así como una amplia antología de su poesía e información específica sobre los libros del autor editados por el Toro de Barro. Los enlaces y vínculos, están implícitos en este mismo texto en caracteres que lucen el color de la tierra mojada)







16 comentarios:

Anónimo dijo...

Conocí a este hombre en su juventud, cuando se dedicaba a leer poemas sobre los Dioses medio desnudo en las playas de Rosas. ¿Cómo combinó esa visión pagana y voluptuosa de la vida con la que afrontó su misma homosexualidad y su propia creación poética con su condición de sacerdote católico? Sólo Dios lo sabe...

Samuel Oleson
(Oslo)

Anónimo dijo...

Recuerdo haber leído en su propia casita de Carboneras, atestada de libros, las cartas que le enviaban los fascistas conquenses amenazándole de muerte por su homosexualidad y por su condición de hombre de izquierdas. También recuerdo las pocas veces que le oí decir misa en la iglesia de ese pueblo, cuyas paredes decoró con grandes pinturas morales de estilo románico: recuerdo que las decía que una kepá judía en la cabeza, y que se inclinaba al pasar con la Sagrada Forma frente a la menorá judía que estaba al lado de su altar. Carlos era más que palabras, era acción, y eso lo distinguió de los muchos monos parlantes que en España hablaban de libertad y de justicia sin dar la cara luego cuando pintaban bastos.
Y también lo recuerdo como el hombre que dejó una mejor huella en mi corazón, que hoy atraviesa el último trecho hacia la nada...

Luis B.
Barcelona

(Por favor, no pongas mi nombre completo...)

Anónimo dijo...

La historia de la literatura española, como la de cualquier otro país, es una impostura. Carlos de la Rica fue uno de las eslabones de la transición desde las vanguardias literarias del 27 hasta el culturalismo de los años setenta. Una transición rehumanizadora, sin duda, pero importante para explicar lo ocurrido en la poesía española en los últimos 25 años del siglo XX.

Cecilia Domínguez.

Juan B. Morán dijo...

No conocía a Carlos de la Rica. Soy un humilde lector que viaja al pairo de libro en libro sin orden ni concierto.

Gracias, por este saber.

Un abrazo

Mityu dijo...

Un día más acudo puntual a este espacio, en el que estudio y me regocijo cada día. No sólo vida tiene el poeta, sino obra, que es más que vida. Su poema Cernuda me hermana en la angustia de su verso final, donde aúlla la soledad.
No pude evitar recordar inmediatamente los versos de aquel otro:
"Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.

En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.

Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.

Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido."

Con cuábnto dolor se fraguan las verdades en poesía.
Gracias, una vez más, por compartir y enseñar.
Un saludo de esta respetuosa lectora.

Trenzas dijo...

Me han llenado de alegría tus espacios. Es un placer viajar por la cultura de ahora y de siempre en imágenes y en palabras.
Apenas conocía a Carlos de la Rica y era algo que deseaba. Cuando vine a leer el otro día y me lo encontré en primer plano, casi me pongo a llorar de alegría :)
Muchísimas gracias...!
Seguiré aprendiendo.
Un abrazo.

Princesa Dariak dijo...

Aprender, de eso se trata, no conocía a este escritor.Leì el poema de inicio y luego pase a la pàgina con los otros tres...
Este primero es conciso aùn en la incertidumbre, siente soledad y esa es una certeza. Finalmente, como creo dijo Borges, amando o sin amor, cuando uno cierra los ojos està solo.
El poema para E. Pound parece escrito arriba de un tren. No entiendo si lo elogia o derrumba.
Solo creo que no ve como Pound ve, màs allà del hombre y su miseria.
Cada poeta habla lo que siente en el corazòn, y eso es lo que vale.
El valor de hablar con libertad aunque eso luego determine un destino de exilio o reconocimiento.

Seguire visitandole, un placer comprender el alma de los que se atreven a decir lo que sienten en poesia.

abrazos de luz.

quantum dijo...

Un trabajo el tuyo, Carlos, que revela y a un tiempo profundiza en la poesía de Carlos de la Rica, a quien conocía, pero de forma muy insuficiente. Trabajo necesario, pues la crítica oficial y la feria de las vanidades del llamado mundo literario viene escribiendo una historia de silencios y cegueras más o menos voluntarias.
Sigo leyendo a de la Rica. Sigo leyendo(te).
Mi abrazo.
Q.

el nombre... dijo...

Es maravilloso el efecto multiplicador que tienen, a veces, como en éste caso, los blogs.
Yo no sabía del trabajo de este señor, y visitándote, siempre encuentro algo mas que interesante.

te dejo un beso.
gracias.

Clarice Baricco dijo...

Agradecida por darme a conocer nuevos autores.
Es un placer leerte.

Abrazo

Graciela

Anónimo dijo...

La marcha de los negros es grandiosa, grandiosa...

Lucas de Castro
Vallecas, Madrid

Anónimo dijo...

He leído todos los poemas de la antología de Carlos de la Rica, y me alegra comprobar que hay quien ha sabido hacer poemas para la libertad sin caer en los lugares comunes ni en los discursos panfletarios. Y no digo en quien pienso...

Joao Bento
(Oporto)

Anónimo dijo...

Es lógico que los culturalistas lo ningunearan, porque la poesía de Carlos de la Rica estaba llena de compromiso con el hombre, y las de ellos, aunque fuera igualmente culta, buscaban una poesía libre de compromisos ideológicos. Pero bueno, aquellos tiempos han pasado, y sería justo que Carlos de la Rica se viese en los manuales de literatura contemporánea española. Si está Celaya, ¿por qué no Carlos de la Rica?

Santos Gómez

Anónimo dijo...

Siempre es instructivo y agradecido descubrir nuevos autores. Gracias, por ello. Voy a leer algo.

Anónimo dijo...

Por si no lo ves... he dejado un comentario en el poema de El mar... que abrumado, ABRUMADO, respondí...

Qué belleza más insólita y extraordinario llena esos versos, amigo...

Una sonrisa.

MNB dijo...

Eres genial.
¡Felicitaciones!