Vo Anh Kiet |
Como creadores nos afanamos una y otra vez en reinventar la
vida, olvidando que otros muchos lo intentaron antes. Nos hace falta humildad;
nos hace falta reconocer que nuestra voz es sólo una cuenta más de un largo
collar de voces que, como la propia, no son otra cosa que un pálido reflejo de
esa única VOZ que duerme en el desierto. Nos
come la soberbia. Y me digo que nuestra misión como poetas o como creadores tal
vez no sea la de crear de nuevo el mundo, sino la de contemplarlo con los ojos redondos y abiertos de un niño que lo hubiera
visto por primera vez. La de cantarlo con los poderosos brincos de un espíritu
inocente que danza enfebrecido al son de sus tambores, sí, así, como si nadie
nunca antes de él lo hubiera cantado todavía, como si fuera la primera vez que
alguien lo danzara….
© Carlos Morales
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se prohíbe la reproducción de este texto, pero se ruega a quien lo haga que,
por honradez intelectual, cite el medio en que fue o ha sido publicado y su
autoría.
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Yo, que he sobrevivido
a cien lanzas
y he hecho temblar el
vientre
del desierto con uno
solo de mis carros,
perdí ante tus ojos mi
última batalla.
Ser cobarde en amor
equivale a estar muerto.
Otros poemas de
1 comentario:
Amigo mío, excelente entrada que lleva a reflexionar sobre muchas cosas.
La humildad no es moneda corriente en estos tiempos donde el egocentrismo parece haber ganado la partida.
Como siempre un gran placer leerte y si me permites ....
"...La de cantarlo con los poderosos brincos de un espíritu inocente que danza enfebrecido al son de sus tambores, sí, así, como si nadie nunca antes de él lo hubiera cantado todavía, como si fuera la primera vez que alguien lo danzara…"
Abrazos desde el Sur, ah! olvidaba decirte que me pareció hermosa la imagen.
REM
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